La forma más común en la que se consume el trigo es en alimentos procesados preparados con su harina, pero, ¿de qué otras formas podemos comerlo y cuáles son sus propiedades?

El trigo es un cereal, que como los demás, tiene una importante concentración de carbohidratos que nos proporcionan energía, pero también contiene otros nutrientes de los que muchas veces no se habla. Además, generalmente consumimos el trigo por medio de alimentos preparados con su harina refinada o procesada, pero existen más formas de comerlo, en las que podemos aprovechar los granos enteros y sus beneficios.

El salvado de trigo no sólo es rico en fibra, sino también en proteína
Se recomienda consumir el salvado de trigo por su importante aporte de fibra a nuestra dieta (44.4 g de fibra por cada 100 g de salvado), que es fundamental para mantener una flora intestinal saludable y una buena digestión, pero también resulta una buena fuente de proteínas vegetales, conteniendo hasta 16 g de proteína por cada 100 g de salvado. ¿Quieres integrar salvado de trigo a una preparación deliciosa? Mira esta receta de mousse de plátano con salvado de trigo.

El trigo nos aporta muchas vitaminas y minerales

Entre las vitaminas que nos aporta el trigo, están la vitamina A, importante para mantener una vista, sistema inmune, dientes y huesos saludables; complejo B, que es importante para la correcta utilización de energía por el cuerpo, regulando su desempeño, previniendo lesiones en la piel, e interviniendo positivamente en el sistema nervioso; vitamina E, que funciona como un antioxidante que protege a las células de nuestro cuerpo del envejecimiento y distintos daños; vitamina K, importante para la coagulación. Hablando de minerales, el trigo es rico en calcio, que mantiene nuestros dientes y huesos saludables; magnesio, que ayuda a regular la función de los músculos y huesos, y a mantener niveles de azúcar y presión sanguínea estables; sodio y potasio, que mantienen el equilibrio de los líquidos corporales; zinc, mineral esencial para la división celular y síntesis de ADN, entre otros.

El trigo nos puede ayudar a disminuir los niveles de colesterol “malo” en la sangre, mejorar la presión arterial, y proteger al corazón.


El trigo, además de ser rico en fibra, contiene ácidos grasos monoinsaturados, como el oleico y linoleico, que ayudan a reducir los niveles de “colesterol malo” o LDL. El ácido oleico además tiene un efecto hipotensor (disminuye la presión arterial), puede ayudar a reducir la resistencia a la insulina, y minimiza el riesgo de desarrollar artritis reumatoide. Por su parte, al ácido linoleico se le ha asociado a una reducción de grasa corporal y mejoramiento de la utilización de proteínas en nuestro cuerpo.

El germen de trigo es recomendado para personas con niveles de ácido úrico elevado al no contener purinas (sustancia que durante su digestión genera ácido úrico, que en concentraciones elevadas forma cristales en las articulaciones), es un alimento que personas que padecen de ácido úrico elevado, pueden consumir sin problema.

El trigo puede consumirse en muchas presentaciones y platillos saludables
La mayoría de personas consumimos el trigo por medio de productos elaborados con su harina, sin embargo, también podemos consumir su cáscara como salvado de trigo, y su núcleo como germen de trigo, y ambos no sólo nos aportan muchos beneficios a la salud, sino que son deliciosos y versátiles a la hora de cocinar. Prepara esta ensalada de trigo para una comida fresca, llena de fibra y antioxidantes, o éste acompañante para tus platos fuertes inspirado en la cocina libanesa.

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