Los germinados se han convertido en una de las fuentes nutricionales más populares en los últimos años. Sus beneficios son vastos y aportan mucho a la salud de las personas, por eso, en éste blog te platicamos sobre sus propiedades y cómo integrarlos a tu dieta.

¿Qué son los germinados?

En términos generales, son semillas comestibles que son consideradas como “alimentos vivos” ya que su valor nutricional se mantiene intacto hasta el momento en que se consume.

La germinación es el proceso natural por el que las semillas empiezan a mostrar tallos, brotes y pequeñas hojas. Al tratarse de plantas jóvenes, poseen un alto valor nutricional. El proceso de germinación usualmente empieza cuando las semillas son mojadas por varias horas.

Después, son expuestas a una combinación específica de calor y humedad, y por último, se les deja crecer por varios días. El producto final suelen ser semillas germinadas con tallos que miden entre 2 y 5 centímetros de longitud.

¿Cuáles semillas se pueden germinar?

Es posible cultivar una gran variedad de germinados, ¡tantos como semillas hay! Si bien son más conocidos los brotes de soya, alfalfa y lentejas, podemos germinar semillas de brócoli, fenogreco, rábano daikon, arúgula, girasol, mostaza, etc., que son muy sencillas de hacer crecer en casa.

Podemos dividir los tipos de germinados, en cuatro grupos:

Legumbres germinadas: lentejas, garbanzos, frijoles, arvejas, etc.

Granos germinados: arroz integral, trigo, amaranto, quinoa, avena, granos de soya, etc.

Vegetales germinados: rábanos, brócoli, betabel, cebolla, etc.

Semillas germinadas: almendras, semillas de alfalfa, de calabaza, de sésamo, de girasol, etc.

¿Cómo germinar en casa?

¿Qué propiedades nutricionales tienen los diferentes germinados?

Alfalfa: es el germinado más consumido por su agradable sabor. Contiene vitaminas A, B, C, E y K, calcio (5 veces más que la leche), magnesio, potasio, hierro, selenio y zinc, y algunos de los aminoácidos esenciales. Es remineralizante, y combate la fatiga y la debilidad.

Albahaca: llamada en la antigua Grecia “La hierba de los reyes”. Muy rica en vitaminas A y B1, energética, favorece la digestión.

Ajo: sus germinados tienen efectos antibióticos y antihipertensivos (hipertensión) y previenen el cáncer de estómago.

Arroz integral: es rico en vitaminas del complejo B, fósforo, potasio, magnesio, sodio, calcio y silicio. Ayuda a la adecuada conservación de huesos y dientes.

Arvejas: proporcionan clorofila, proteínas, carbohidratos, fibra, vitamina A, hierro, potasio y magnesio.

Avena: la semilla germinada más recomendable para trastornos nerviosos y alteraciones del sueño. Contiene vitaminas B y E, proteínas, carbohidratos, fibra, minerales y un alto contenido en silicio, necesario para el desarrollo de las estructuras musculares, cerebrales y nerviosas.

Brócoli: contiene vitaminas; A, B, C, E, minerales como el potasio, calcio, yodo, magnesio y azufre, entre otros. Protege la flora intestinal y aumenta las defensas del sistema inmunitario.

Cebolla: buena fuente de vitaminas: A, B, C, muy rica en aminoácidos, enzimas y minerales como calcio, potasio, fósforo y azufre, antiséptica, antibiótica y diurética.

Garbanzos: son ricos en carbohidratos, fibra, calcio, proteínas, magnesio, potasio y vitaminas A y C. No producen gases durante la digestión.

Girasol: rico en proteínas, carbohidratos, vitaminas: A, B, C, D, E, minerales; magnesio, fósforo, potasio, hierro y calcio. Ideal para deportistas, procesos de convalecencia, de gran ayuda a los dolores musculares y sistema nervioso.

Chícharos: vitaminas: A, B1, B2, y D. No contiene prácticamente grasas. Minerales: potasio, fósforo, calcio, hierro. Estimulador del sistema inmunitario.

Lentejas: rico en proteínas, vitamina C y hierro. También contienen mucha fibra, vitaminas: A, B1, B2, B3, E, minerales: potasio, hierro, calcio, fósforo, etc. Muy indicadas en procesos de arteriosclerosis.

Maíz: alto contenido en magnesio, necesario para conservar la tensión muscular, especialmente en el tracto intestinal.

Mostaza: adecuado para tratar trastornos digestivos como gastritis, enteritis, etc. Rica en vitamina C, proteínas y lípidos.

Semillas de calabaza: contienen proteínas, vitamina E, fósforo, hierro y zinc.

Semillas de girasol: ricas en proteínas, grasas insaturadas, vitaminas B y E, calcio, hierro, fósforo, potasio y magnesio.

Rábano: contiene abundante clorofila, útil para combatir digestiones pesadas y para calmar la tos.

Ajonjolí: buena fuente de fibra, proteínas, vitaminas B y E, magnesio, potasio, hierro, fósforo y calcio.

Trigo: rico en hidratos de carbono, proteínas, vitaminas: C, E, B, B 17, minerales: calcio, magnesio, fósforo, potasio y sodio. Energético, ayuda a que el pelo y uñas sean más elásticos y sanos, regenerándolos.

¿Cómo consumir e incorporar los germinados en nuestra dieta?

El consumo de germinados es bastante versátil. Por lo general, se pueden consumir crudos en ensaladas, en forma de sándwich, agregándolos a licuados o smoothies, y ensaladas de frutas. Además, también es posible ingerirlos ligeramente cocidos y acompañarlos de algún guiso.

Al tratarse de vegetales, resulta bastante sencillo incorporarlos en la dieta diaria e ingerirlos con normalidad y regularidad. Con un poco de creatividad podrás crear diferentes platos con un gran sabor y valor nutricional. Te recomendamos probar unas ricas tostadas de germinado de lentejas, o el clásico de la cocina oriental, chop suey.

Tostadas de germinado de lentejas
Chop suey

Para mayor seguridad, antes de consumir los germinados se pueden lavar bien con abundante agua, y sumergirlos en vinagre durante 5 minutos, agitando en forma periódica, o bien, sumergirlos en agua hirviendo durante 5 segundos.