Cada vez más personas se interesan en llevar una alimentación a base de plantas por sus efectos positivos en la salud, en el ambiente, y para los animales.

1.- Es un factor de prevención contra enfermedades crónico degenerativas.

En 32 estudios observacionales, el consumo de una alimentación a base de plantas se asoció con una menor presión arterial, en comparación con el consumo de dietas omnívoras, siendo así un medio útil no farmacológico para reducir y controlar la presión arterial. También, se han visto resultados positivos para un mejor control de la glicemia (azúcar en la sangre), en personas con diabetes mellitus tipo 2, ya que quienes llevan dietas a base de plantas mantienen un peso corporal más saludable, tienen una ingesta mucho menor de grasas saturadas, una ingesta adecuada de carbohidratos y proteínas,  un buen consumo de fibra, que limita la absorción intestinal de glucosa o azúcar.

En cuanto a niveles de colesterol, hay una menor concentración en sangre de colesterol LDL o colesterol “malo” en personas que llevan una alimentación a base de plantas, lo que representa un riesgo significativamente menor de desarrollar cardiopatía isquémica, originada por la acumulación y formación de placas de grasa en las arterias.

2.- Ayuda a mantener un peso adecuado y saludable.

Las personas que llevan una alimentación a base de plantas, en comparación con quienes siguen dietas omnívoras, tienen un menor Índice de Masa Corporal (IMC), y por lo tanto, un menor riesgo de obesidad. También se ha observado que que quienes llevan dietas a base de plantas, tienen mayores niveles de energía que los motiva a realizar más ejercicio y mantenerse activos.

3.- Promueve buenos hábitos de alimentación desde pequeños.

Se ha demostrado que personas que llevan una alimentación basada en plantas desde pequeños, son capaces de mantener un peso saludable y buenos hábitos de alimentación a lo largo de su vida. Los niños que llevan este tipo de dieta tienen un mayor consumo de verduras, frutas, fibra y agua, de proteínas vegetales y cereales integrales, y un menor consumo de alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares simples o golosinas.

4.- Es económica y se ajusta a tu presupuesto.

Contrario a muchos mitos, llevar una alimentación a base de plantas también resulta en un beneficio para tu bolsillo. Preparar platillos que contengan verduras de temporada, leguminosas como frijoles o lentejas, cereales como arroz o maíz, y una fuente de grasas saludables como aceite de oliva o nueces, no sólo es delicioso y saludable, sino también fácil, práctico y muy económico.

Recuerda que para llevar una alimentación basada en plantas saludable y variada, no es necesario comprar sustitutos de alimentos de origen animal; todo lo que necesitas para crear platillos completos y saludables, puedes encontrarlo en mercados locales, a precios muy accesibles.

5.- Es amigable con el medio ambiente.

La producción de alimentos de origen animal necesita el 83% de las tierras dedicadas a la producción de alimentos, y son responsables de casi el 60% de las tres emisiones de gases de efecto invernadero (CO2, metano y CH4), también son responsables de la acidificación del suelo y gran parte de la contaminación del agua, y a cambio de todo esto, sólo aportan el 37% de las proteínas, y apenas el 18% de las calorías que sostienen la alimentación humana.

Por todo eso, varios científicos y expertos en cambio climático promueven un cambio hacia dietas a base de plantas, que tendría consecuencias muy positivas para el planeta: reduciría el consumo mundial de agua en un 20%, y las distintas emisiones de gases de efecto invernadero bajarían a la mitad, pero el mayor impacto se daría en el uso de los suelos, liberando hasta el 76% de las tierras ocupadas por el ganado devolviéndolas a la naturaleza.

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