Alguna vez te has preguntado ¿qué estarás comiendo en menos de 20 años? Los expertos indican que para entonces estaremos batallando con el cambio climático,  para mantener la temperatura de nuestro planeta muy por debajo del 1,5ºC que traería consecuencias catastróficas.  

Ahora imagina que estás disfrutando de tu almuerzo en el 2040. ¿Qué estás comiendo? ¿Cómo se ve y cómo sabe? ¿Es muy diferente a lo que comías en el 2020? 

Diferentes proyectos alrededor del mundo ya han creado varios futuros posibles de cómo sería esto, y cada uno tiene un enfoque distinto de lo que es más importante para ti y para la seguridad de nuestro sistema alimentario. Por que sí, ya es hora de preguntarnos que si el futuro de tu planeta y tu comida está en tus manos, ¿qué elegirías?

¿Más de lo mismo?

Si algo parece ser muy seguro es que dentro de 20 años o, incluso, una década, seguiremos compartiendo nuestra mesa con amigos y familiares. Pero, de nuevo, surgen las preguntas ¿serán los mismos sabores y olores? Es inevitable preguntarnos también si la sobrepoblación y el derroche de recursos habrá cambiado por completo nuestra forma de alimentarnos y si los estragos que ha dejado la ganadería industrial en nuestra salud, en los animales y el medioambiente hará que el veganismo sea sólo la elección de una minoría o de toda la opción, esto sería lo más lógico ante un panorama incierto.

Comer une a la gente pero ¿lo que comen también?

Desde tiempos inmemorables comer siempre ha sido un evento social con sus propias características marcadas por la cultura y tradiciones de cada sociedad. Dentro de 20 o 100 años esto tampoco cambiará. Lo que sí continuará cambiando es que aunque actualmente muchos de nosotros no tenemos una idea clara de lo que compramos en el supermercado, esto no será siempre así.

Aunque los ingredientes están listados en la mayoría de los productos que compramos, la mayoría de las veces no tenemos ni idea de dónde viene nuestra comida, dónde creció, dónde fue criada o qué sustancias contiene. Si ya ahorita está pasando que los consumidores nos interesamos más por conocer todas estas cosas al comprar en 20 años esto será algo super natural y cotidiano.

Afortunadamente, nos preocupa cada vez más que lo que consumimos tenga el menos impacto en el medio ambiente, que sean alimentos saludables y que no impliquen crueldad hacia los animales.

¿Será diferente a todo lo que has probado antes?  

La tecnología también aplicada a los alimentos, nuevos sabores siguen apareciendo en la medida en que nuevas marcas de productos verdaderamente innovadores continúan apareciendo. Ya sabemos de la Impossible Burger – la increíble hamburguesa que sangra, chisporrotea en tu sartén y sabe a carne que nació en Silicon Valley, la cuna de la innovación alimentaria, de Beyond Meat y Moving Mountains. 

En 2040 podemos esperar con toda seguridad que estas y muchísimas nuevas empresas sigan creciendo y que, como ahora, hagan un cambio real positivo y duradero para transformar la industria alimentaria y permitir que dejemos atrás a la ganadería industrial, responsable de la mayor destrucción de nuestro planeta. 

Pero esto no para allí; contaremos con una mayor variedad de productos de otras empresas pioneras en la producción de alternativas vegetales a la leche y el huevo.  Y con tantas personas a quienes ya les importa los animales y el calentamiento global es normal que en 20 años estos productos se conviertan en habituales en nuestro menú cotidiano. 

La irreversible transformación de nuestro sistema alimentario

Cada punto que hemos señalado hasta ahora nos trae a este. Podemos plantear muchos posibles futuros sobre cómo será comer con conciencia en el 2040 y aún así ninguno de ellos puede ser una predicción precisa de lo que ocurrirá. Pero todo ellos son muy factibles y lógicos en un aspecto: nuestro actual sistema alimentario basado en la ganadería industrial deberá ser desplazado por un nuevo modelo eficiente y sostenible si queremos evitar que la temperatura global del planeta se eleve por encima de 1.5º y evitar que los riesgos de sequía, inundaciones y calor extremo – todos ellos consecuencias del cambio climático del cual la ganadería es factor principal -, se eleven significativamente.

Ante esta realidad resulta claro que ya no podemos hablar del futuro de nuestra alimentación cuando nos encontramos en un momento de nuestra historia en el que cada decisión que hoy tomamos lo está ya definiendo. Pensemos en el presente de nuestra alimentación por el futuro de nuestra vida y para un planeta sano en el que sea posible vivir, con suficientes recursos para todos en un mundo más compasivo. 

Si dejamos de depender de los animales para alimentarnos estamos abriendo paso a una nueva era. Es posible que le digamos adiós a la injusticia alimentaria ya que los granos y semillas con los que se alimentan a los animales podrían alimentar a más personas.

¿Podremos decirle adiós al cambio climático? ¿podremos por fin liberar a los animales del confinamiento extremo en el que se encuentran? ¿podremos dejar atrás las enfermedades relacionadas con el consumo de animales, evitar el desperdicio de agua y la deforestación del planeta? Sí, actualmente todos los problemas a los que nos enfrentaremos en el futuro se encuentran en nuestro plato.

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