En Love Veg estamos profundamente agradecidas por haber formado parte del Primer Encuentro de Mujeres en Colmenas, un espacio seguro, poderoso y necesario que celebró la fuerza, las historias y la unión de las mujeres de la comunidad.

Este encuentro fue posible gracias a la visión, el cariño y el trabajo incansable de Karen Gutiérrez Lascurain Directora de Centros Colmena a nivel estatal y Zaira Zaragoza Directora de Centros Colmena en Guadalajara, las mentes maestras detrás de que las colmenas existan, crezcan y se fortalezcan como espacios de apoyo para tantas mujeres.

Desde hace más de un año, asistimos mensualmente a las colmenas para impartir talleres donde las personas aprenden a cocinar a base de plantas, durante este tiempo hemos visto algo que nos llena de esperanza: la mayoría de quienes participan en las colmenas son mujeres, mujeres comprometidas, curiosas, generosas y llenas de ganas de transformar sus vidas y las de sus familias.

Por eso este encuentro resonó tan profundamente con nosotras: tenía todo el sentido del mundo estar presentes entre tantas mujeres que hacen que las colmenas sean lo que son hoy.

Este encuentro reunió a mujeres de distintas edades y experiencias en un día que nos movió el corazón de principio a fin.

Hubo momentos de inspiración, cuando escuchamos historias de vida compartidas con valentía y honestidad; momentos emotivos, cuando nos encontramos llorando de felicidad al ver lo que estamos logrando juntas; y momentos informativos, con talleres especialmente pensados para el bienestar de las mujeres.

Durante la jornada, las asistentes pudieron participar en actividades como:

  • Baile para liberar emociones y reconectar con el cuerpo
  • Defensa personal para mujeres
  • Espacios de medicina alternativa enfocada en la salud femenina
  • Charlas, acompañamientos y dinámicas de apoyo entre mujeres
  • Y, por supuesto, nuestra mesa de reflexión de cocina con Love Veg

Cada actividad sumó a este tejido hermoso de comunidad, acompañamiento y crecimiento personal.

En nuestro espacio abrimos una reflexión profunda sobre un tema que surgió de manera natural, pero que marca la vida de muchas:

¿Por qué se espera que seamos las mujeres quienes cocinemos casi siempre?

Varias compartieron experiencias generacionales: cómo desde niñas les enseñaron que “les tocaba” la cocina, cómo crecieron viendo a sus madres y abuelas asumir esa tarea sin cuestionarla, cómo esa responsabilidad se volvió parte del día a día sin haber sido realmente una elección.

Y juntas llegamos a una idea que tenemos muy clara:

La alimentación es responsabilidad de todas y todos.
Cocinar es una actividad que hacemos mínimo tres veces al día, forma parte de nuestra salud, bienestar y comunidad… y no debería recaer únicamente en una persona ni mucho menos en un solo género.

Cocinar es un acto de cuidado y transformación. Si queremos cambiar la forma en la que nos alimentamos —para vivir con más salud, coherencia y compasión— necesitamos que todas y todos nos involucremos.

Porque incluso en los hábitos más cotidianos, como lo que comemos y cómo lo preparamos, tenemos el poder de cuestionar, de cambiar y de romper ciclos que reproducen violencias normalizadas y sistematizadas.

La celebración terminó con música hecha por mujeres, para mujeres, un cierre vibrante donde bailamos, reímos y abrazamos el orgullo de ser parte de estas colmenas tan vivas y tan necesarias, fue un momento de alegría pura, un recordatorio de lo que estamos construyendo cuando las colmenas se llenan de energía femenina, amor y comunidad.

Las mujeres de las colmenas nos regalaron un día inolvidable, un espacio de respiro, libertad, compañía y celebración hacia nuestro propio género, nos vamos con el corazón lleno y con la certeza de que seguiremos asistiendo a cada una de las colmenas, acompañando a más mujeres en su camino hacia una vida más consciente, más sostenible y más compasiva, porque cuando las mujeres se juntan, las colmenas florecen.


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