Día mundial de la leche: Un ciclo de crueldad
Cada 1 de junio se celebra el Día Mundial de la Leche, pero rara vez se habla de quienes más la padecen: las vacas. Ellas producen leche cuando han tenido un hijo, solo que en la industria láctea, esa maternidad es forzada, repetida y constantemente interrumpida por el sufrimiento.
Para que haya leche en tu mesa, antes tiene que haber una madre. Las vacas destinadas a la producción de leche son inseminadas artificialmente una y otra vez. Cuando nace su cría, esta le es arrebatada a las pocas horas. El vínculo entre madre e hijo se rompe una y otra vez, porque el destino de la leche no es alimentar a su ternero, sino llenar botellas para el consumo humano.

Prisioneras de la Industria
Las vacas viven confinadas en naves industriales, rodeadas de metal y concreto, sin poder pastar, correr ni ver la luz del sol, pasan la mayor parte del tiempo de pie y cansadas, conectadas a máquinas que extraen su leche de manera mecánica y repetitiva, su cuerpo, diseñado por la naturaleza para dar vida y nutrir a sus crías, es explotado hasta el límite. Cuando ya no pueden producir más leche, son enviadas al rastrro.
Igualdad Animal ha documentado estas prácticas en granjas de todo el mundo, sus investigaciones muestran la realidad oculta detrás de cada vaso de leche: vacas que mugen por sus crías, cuerpos exhaustos, ojos tristes que han perdido toda esperanza.
Si una Vaca Pudiera Hablar…
Estoy harta. Frustrada. Triste. ¿Por qué nadie ve lo que somos? Yo amo, recuerdo, sufro, y también puedo ser feliz… SI ME DEJARAN. Juego cuando tengo espacio, descanso cuando no me vigilan, pero esas son migajas de libertad, me embarazan a la fuerza, me encierran, me quitan a mi hijo, y después me ordeñan hasta que mi cuerpo ya no puede más. Luego me descartan como si fuera una cosa. ¡Pero yo no soy una máquina! ¡No soy un objeto de producción! Nadie debería vivir así. Yo no elegí esto.
¿Y si Elegimos Diferente?
En Love Veg sabemos que cada comida es una oportunidad para construir un mundo más justo, por eso, creamos herramientas, talleres y recetarios gratuitos que te demuestran que no hace falta explotar a nadie para disfrutar lo que comes.
Podemos cocinar sabroso, nutritivo y sin dolor, podemos vivir sin convertir a los animales en víctimas de nuestra comodidad. Hoy te invitamos a dar ese paso: descarga nuestras recetas, prueba nuevas alternativas y únete a quienes ya están eligiendo con compasión.

Ellas lo pierden todo: su libertad, sus hijos, su cuerpo, nosotros solo tenemos que elegir diferente, porque mientras ellas viven condenadas sin poder decidir, a nosotros nos basta con usar el libre albedrío que sí tenemos.
Elegir con empatía no cuesta tanto, para ellas, cuesta la vida.
Porque vivir libres no debería ser un privilegio… debería ser un derecho para todas las especies.