Tabla de Quesos y Carnes Frías Veganas

Esta tabla es una invitación a celebrar sin renuncias y con conciencia. Queso tipo roquefort intenso y aromático, mortadela y salame veganos llenos de carácter, queso tipo manchego suave y equilibrado, y una salchicha gourmet que sorprende desde el primer bocado.

Cada elemento está pensado para compartir, disfrutar y demostrar que el sabor, la textura y la experiencia pueden ser extraordinarios sin recurrir a la explotación animal.

Perfecta para reuniones, fiestas o momentos especiales, esta tabla reúne lo mejor del antojo tradicional en una versión 100% vegetal que cuida de los animales, del planeta y de quienes se sientan a la mesa. Porque celebrar también puede ser un acto de compasión.

Ingredientes

(Para 4 - 6 personas)

Para el Salame

  • 1 taza de garbanzos cocidos o alubias blancas
  • 1⁄2 taza de arroz cocido
  • 1 taza de agua
  • 1 cda. de pimenta blanca
  • 1cda. de sal
  • 1 cda. de nuez moscada molida
  • 1⁄2 cda. de orégano seco
  • 1cda. de ajo en polvo
  • 2 cdas. de pimentón dulce o ahumado
  • 1 taza de harina de gluten
  • 2 cdas. de aceite de coco desodorizado o grasa vegetal

Para la Mortadela

  • 1 taza de agua
  • 1⁄2 taza de harina de gluten
  • 1⁄2 taza de maicena
  • 1cda. de ajo enpolvo
  • 1cda. de pimenta blanca
  • 1 cda. de cebolla en polvo
  • 1⁄2 cda. de pimentón ahumado
  • 1cda. de sal
  • 2 cdas. de humo líquido
  • 1 trozo chico de remolacha (para d a rel tono rosado)
  • 1 taza de garbanzos cocidos o alubias blancas
  • 1 taza de aceitunas en rodajas
  • 1⁄4 taza de almendras peladas y picadas finamente

Para la salchicha gourmet

  • 1 taza de garbanzos cocidos o alubias blancas
  • 1⁄4 taza de arroz cocido
  • 1 taza de agua
  •  1 cda. de pimienta blanca
  •  1 cda. de sal
  • 1 cdita. de nuez moscada molida
  • 1 cda. de ajo en polvo
  • 1 cda. de pimentón ahumado o paprika
  • 2 cdas. de harina de trigo
  • 1⁄4 taza de maicena
  • 3 cdas. de harina de gluten
  • 1⁄4 taza de cebolla picada
  • 1⁄4 taza de perejil picado

Para el queso manchego

  • 1 taza de garbanzos cocidos
  • 1 taza de agua de cocción de los garbanzos o leche de soya sin endulzar
  • 1/4 de taza de aceite de coco deshodorizado, margarina o manteca vegetal
  • 3 cdas. de levadura nutricional
  • 1 cda. de ajo en polvo
  • 1 cda. de cebolla en polvo
  • 1 pizca de cúrcuma
  • 1 cda. de sal
  • 4 cdas. de maicena
  • 3 cdas. de vinagre de manzana

Para el queso parmesano

  • 1 taza de cacahuates pelados sin remojar
  • 2 ½ cditas. de jugo de limón
  • 1 ¼ cucharaditas de vinagre blanco
  • ½ cdita. de sal
  • 1 cdita. de mostaza dijón
  • 1 cdita. de pasta miso (opcional)
  • 1 cda. de levadura nutricional (opcional)

Para el queso roquefort

Para la base

  • 1 taza de semilla de girasol
  • 1 taza de leche de soya (sin endulzar)
  • 1/4 de taza de maicena
  • 2 cdas. de levadura nutricional
  • 3 cdas. de vinagre de manzana
  • 1 cda. de ajo en polvo
  • 1 cda. de cebolla en polvo
  • 1/2 cda. de sal
  • 4 cdas de aceite de coco deshodorizado o manteca vegetal

Para las partes oscuras

  • 1/2 taza de ajonjolí negro
  • 1/2 taza de leche de soya (sin endulzar)
  • 1/2 cdas. de levadura nutricional
  • 1 cda. de vinagre de manzana
  • 1 cda. de maicena
  • 1 cdita. de ajo en polvo
  • 1 cdita. de cebolla en polvo
  • 1/2 cdita. de sal
  • 1 cda. de aceite de coco deshodorizado o manteca vegetal

Preparación

Para el Salame

Licúa los garbanzos o alubias, el arroz ya cocido, el agua, todos los condimentos y el aceite de coco o la grasa vegetal. Licúa muy bien hasta obtener una mezcla lisa, espesa y bien integrada.

Pasa la mezcla a un recipiente, agrega la harina de gluten y amasa con las manos hasta formar una masa firme, elástica y bastante compacta. No debe quedar pegajosa.

Cuando la masa esté lista, envuélvela bien apretada en plástico (film) para que quede lo más compacta posible. Puedes hacer un salame grande o dividir la masa en dos, darles forma de cilindro y amarrarlos con hilo para que queden bien cerrados.

En una olla coloca aproximadamente un litro de agua, pon una rejilla o vaporera y cocina el salame al vapor durante unas dos horas, a fuego medio-bajo.

Una vez pasado ese tiempo, retíralo del vapor y déjalo enfriar por completo. Después llévalo al refrigerador por al menos cinco horas; este paso es súper importante para que, al momento de cortarlo, no se desmorone y puedas obtener rodajas bien firmes.

Después del reposo, tu salame vegetal está listo para disfrutarse donde más se te antoje: en una picada vegana, en un sándwich o acompañado de un buen pan.

Para la Mortadela

Pon en la licuadora los garbanzos cocidos, el agua, el humo líquido, todos los condimentos, la sal y el pedacito de betabel. Licúa muy bien hasta obtener una mezcla lisa y bien pareja.

Vacía la mezcla en un bowl y agrega las aceitunas en rodajas y las almendras picadas. Mezcla con cuidado para que se repartan de manera uniforme.

Añade la harina de gluten y la fécula de maíz, e integra todo hasta lograr una mezcla espesa, firme y bien compacta.

Para darle forma a la mortadela, usa un recipiente que te ayude a contenerla, como un molde alargado o un refractario. Vacía la preparación, empareja la superficie y tapa muy bien con plástico film.

Prepara una olla con aproximadamente un litro de agua, coloca una rejilla o vaporera y cocina la mortadela al vapor durante una hora y media, a fuego medio-bajo.

Pasado ese tiempo, retírala y déjala enfriar por completo. Luego llévala al refrigerador por al menos cinco horas; este reposo es clave para que tome buena consistencia y puedas cortarla en rebanadas bonitas.

Ideal para una botana, para armar sándwiches o simplemente para disfrutarla con pan fresco.

Para la Salchicha Gourmet

Pon en la licuadora los garbanzos o alubias, el arroz cocido, el agua, todos los condimentos y un chorrito de aceite. Licúa muy bien hasta obtener una pasta lisa, homogénea y sin grumos.

En un bowl amplio mezcla la harina de gluten, la fécula de maíz y la harina de trigo. Agrega la preparación de la licuadora y amasa hasta que todo se integre bien.

Incorpora la cebolla y el perejil finamente picados y vuelve a amasar para que queden bien distribuidos en la mezcla.

Deja reposar la masa unos 20 minutos para que tome cuerpo.

Pasando este tiempo, envuelve la masa bien apretada en plástico (film) para que quede lo más compacta posible. Puedes formar una salchicha grande y luego dividirla con hilo, o hacer piezas individuales.

Prepara una olla con aproximadamente un litro de agua, coloca una rejilla o vaporera y cocina las salchichas al vapor durante una hora, a fuego medio-bajo. Pasado ese tiempo, retíralas y déjalas enfriar por completo.

Después llévalas al refrigerador por al menos cinco horas; este reposo es clave para que agarren buena textura y no se deshagan al cortarlas.

Ya bien frías, están listas para disfrutarse, con todo el sabor, pero sin crueldad.

Para el Queso Manchego

Licúa todos los ingredientes hasta obtener una consistencia espesa y tersa. Vierte esa mezcla en un refractario de preferencia cuadrado o rectangular.

Coloca el recipiente en una vaporera con un litro de agua previamente caliente y cocina a fuego medio durante cuarenta minutos. Al terminar, deja enfriar por completo y refrigera por al menos tres horas antes de desmoldar, cortar y disfrutar.

¡Monta en una tabla para quesos y disfrútalo con pan o galletas!

Para el Queso Parmesano

Coloca los cacahuates en procesador de alimentos y mezcle hasta que queden finamente pulverizados. Agrega el resto de los ingredientes y procesa hasta incorporar.

Puedes dejar tu queso en este paso si prefieres no rallarlo, simplemente úselo desmoronado. También puedes darle forma compacta para poder rallarlo más adelante. Puedes seguir licuando hasta que quede suave. Debe formar una bola, parecida a una masa.

Forma una bola y compáctala con ayuda de film para alimentos y refrigera durante 8 horas.

Estará listo para rallar pasando este tiempo.

Yo lo he hecho de ambas maneras y las dos me parecen deliciosas, por lo práctico me gusta desmoronado, pero por la vista que da sobre pastas me gusta rígido para rallar.

Para el Queso Roquefort

Comienza remojando las semillas de girasol y las semillas de calabaza en agua caliente durante dos horas, hasta que estén suaves. Pasado este tiempo, el proceso es el mismo para ambas preparaciones: licúa por separado todos los ingredientes de cada mezcla hasta obtener cremas lisas y homogéneas. Reserva.

En un recipiente o refractario, de preferencia cuadrado, vierte una capa de la mezcla blanca como base. Añade una pequeña cantidad de la mezcla oscura y, con ayuda de un palillo, traza líneas o figuras delicadas. Es importante no mezclar ambas preparaciones; el efecto debe ser sutil, imitando las vetas características del queso tipo roquefort.

Continúa agregando más mezcla blanca y repite el proceso, siempre con moderación en la mezcla oscura.

Una vez formado el queso, coloca el recipiente en una vaporera con un litro de agua previamente caliente y cocina a fuego medio durante cuarenta minutos. Al terminar, deja enfriar por completo y refrigera por al menos tres horas antes de desmoldar, cortar y disfrutar.

¡Monta en una tabla para quesos y disfrútalos con pan o galletas!

 

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